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Proverbios De Sabio
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101 proverbios de sabio
No desprecies el consejo de los sabios y los viejos.
No es más sabio el que más sabe, sino el que lo oportuno sabe.
No todos los viejos son sabios, ni todos los sabios son viejos.
Para sabio Salomón.
Quien dinero tiene, come barato y sabio parece.
Rectificar es de sabios.
Sabio en latÃn y tonto en castellano.
Sabio es aquel que piensa antes de actuar.
Sabio es quien poco habla y mucho calla.
Sabios conocÃ; sabios para los otros y necios para mÃ.
Un sabio y un tonto saben más que un sabio solo.
El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.
Atiende más a la mirada del sabio que al discurso del necio.
El hombre sabio es aquel que busca instruirse con todos los hombres; el hombre fuerte, aquel que sabe quebrar sus deseos; el hombre rico, aquel que se contenta con su suerte, y el hombre honrado, aquel que honra a los demás.
El hombre sabio instruye sin utilizar las palabras.
El sabio habla de las ideas, el inteligente de los hechos, el vulgar de lo que come.
El sabio convive con la gente sin criticar, el necio critica sin convivir.
Escucha en el silencio y serás sabio.
Todos los hombres son sabios; unos antes, los otros, después.
El amor devuelve a los viejos sabios a la infancia
Un hombre bien educado, sabio y valiente es el fin hacia el que tiende la naturaleza
El hombre sabio aprende a costa de los tontos.
Los buenos consejos llegan hasta el corazón del sabio y se detienen en los oÃdos del malvado
El hombre rico se cree sabio, pero el pobre inteligente le hará el examen.
Para ser sabio el amor no necesita ir a la universidad
Incluso el hombre más sabio tiene defectos. Ignorante es aquél que no los reconoce.
Hay un tiempo para soñar y otro tiempo para actuar. Solo el sabio sabe la diferencia.
El hijo sabio es la alegrÃa de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre.
El de sabio corazón acata las órdenes, pero el necio y rezongón va camino al desastre.
El que es sabio atesora el conocimiento, pero la boca del necio es un peligro inminente.
El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.
El necio se divierte con su mala conducta, pero el sabio se recrea con la sabidurÃa.
Toma a un hombre sabio para aprender de sus errores, pero a uno más sabio que aprenda de los errores de otros.
El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.
Por el esfuerzo, la vigilancia, la disciplina y el dominio de sÃ, el sabio se crea una isla que la inundación no logra destruir.
Los carpinteros dan forma a la madera; los flecheros dan forma a las flechas; los sabios se dan forma a sà mismos.
El dolor hace pensar al hombre. El pensamiento hace al hombre sabio. La sabidurÃa nos conduce a la verdad.
El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él.
El hombre que sabe y sabe lo que sabe, es un sabio, ¡sÃguelo!. El hombre que no sabe y sabe que no sabe, es simple, ¡enséñale!. El hombre que sabe y no sabe que sabe, está dormido, ¡despiértalo!. El hombre que no sabe y no sabe que no sabe, es un necio, ¡huye de él!.
El arte de ser sabio es el arte de saber que ignorar.
El hombre puede pasar por sabio cuando busca la sabidurÃa; pero si cree haberla encontrado es un necio.
La conjetura del sabio es mas sólida que la certeza del ignorante.
Cuando el gran señor pasa, el campesino sabio hace una gran reverencia y silenciosamente se echa un pedo.
Tres simples zapateros hacen un sabio Zhuge Liang.
El benévolo ve benevolencia; el sabio ve sabidurÃa.
No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. Proverbios 3:7-8
Cuando se es muy joven y se sabe un poco, las montañas son montañas, el agua es agua y los árboles son árboles. Cuando se ha estudiado y se es leÃdo, las montañas ya no son montañas, el agua ya no es agua y los árboles ya no son árboles. Cuando se es sabio, nuevamente las montañas son montañas, el agua es agua y los árboles son árboles.
Un hombre es tan sabio cuanto a su cabeza, no cuanto a sus años.
Un hombre sabio se recuerda de sus amigos siempre; un tonto, solamente cuando él necesita.
Para cada hombre sabio hay un más sabio.
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