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464 proverbios chinos
El que quiere a China quiere a Mao. El que no ama a China no ...
Si un hombre tiene hambre no le des un pez, enséñale a pescar.
El clavo que sobresale siempre recibe un martillazo.
A una mujer no se la debe golpear ni con una flor.
Lo que oyes lo olvidas, lo que ves lo recuerdas, lo que haces lo aprendes.
Si vas para volver, no vayas.
Ponle a un perro un nombre sabroso y cómetelo.
Más vale estar con la boca cerrada y parecer estúpido, que abrirla y confirmarlo.
El que se pone de puntillas no puede sostenerse derecho.
Cada paso que da el zorro le acerca más a la peleterÃa.
Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto.
Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción.
El momento elegido por el azar vale siempre más que el momento elegido por nosotros mismos.
Cuando bebas agua, recuerda la fuente.
Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona ocupada.
El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él.
No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sà puedes evitar que anide en tu cabellera.
Ãnicamente los peces muertos nadan con la corriente.
Si guardo una ramita en mi corazón, el pájaro cantor vendrá hacia mÃ.
Si hay luz en el alma, habrá belleza en la persona; si hay belleza en la persona, habrá armonÃa en el hogar; si hay armonÃa en el hogar, habrá orden en la nación; si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo.
El que te enseña por un dÃa es tu padre por toda la vida.
No me digais que un gran hombre no llora nunca. Un gran hombre llora, pero sus lágrimas son furtivas.
Cuanto más quiere una mujer a su marido, más corrije sus defectos.
No hay nada más hermoso que un padre llegue a convertirse en amigo de sus hijos, cuando estos lleguen a perderle el temor pero no el respeto.
Nadie apalea a un perro muerto.
Cuando la noche es tan oscura que no llegas a divisar tu nariz, estate seguro que el alba está muy cerca.
El barro se endurece al fuego, el oro se ablanda.
El cielo escucha las plegarias del corazón, no de la voz.
Cuando el ojo no está bloqueado ve al ojo;cuando la mente no está bloqueada,el resultado es la sabidurÃa;cuando el espÃritu no está bloqueado, el resultado es el amor.
El hombre que consigue ver las cosas pequeñas tiene la mirada limpia.
¿Por qué lanzarse al agua antes de que la barca haya naufragado?
Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable a enseñarle un buen oficio.
?Sin tigres en el monte, el mono es rey.
El agua corriente no se corrompe y a los goznes de la puerta no los carcomen los gusanos.
Un hombre feliz es como un barco que navega con viento favorable.
Cuando los calvos mueren, la nostalgia los convierte en cabezas rizadas.
Se nace llorando, luego se comprende el por qué.
Me lamentaba de no tener mejores zapatos hasta que vi un hombre que no tenÃa pies.
El poder es el mayor enemigo de su dueño.
Los verdaderos amigos se conocen en la adversidad.
En cielo despejado puede desatarse de repente una tempestad.
El vuelco del carro delantero puede servir de aviso al que va detrás.
La red justiciera tendida por los cielos es omnipresente, y sus mallas, aunque ralas, no dejan escapar a nadie.
El cielo no cierra completamente el camino a los hombres.
En el mundo no hay banquete que no tenga fin.
No renunciar a sus esperanzas hasta llegar al rÃo Huanghe.
O bien no emprender nada, o bien asombrar a todo el mundo con cuanto emprende.
Si uno no entra en la guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros?
Una maja de hierro, a fuerza de ser afilada, puede convertirse en una aguja.
La flor de loto asoma inmaculada del fango.
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